Espacio de Revisión Discursiva #10
Área de Orientación Pericial
“Poder preguntarnos qué sentimos y pensamos sobre los consumos problemáticos, es la puerta de entrada a una prevención que necesita de un posicionamiento desprejuiciado, abierto y permeable” (SEDRONAR).
En "El malestar en la cultura", Freud establece cómo la vida es para el ser humano algo sumamente doloroso (desengaños, cargas, abusos, pérdidas irreparables, traiciones, etc.), le es necesario recurrir a calmantes que la hagan soportable. El consumo proporciona un bienestar efímero que, cuando cesa, deja al sujeto con una insatisfacción. Ese malestar exige ser tapado por otro objeto, por algo nuevo que colme el hueco que dejó el anterior.
La lógica del “taponar” es un modo de rehuir de lo que duele, de lo que inquieta, de lo que no tiene respuesta pronta y gratificante. Funciona con un consumo que “resuelve” por un tiempo la situación: comprar una prenda de ropa, fumar un cigarrillo, tomar una botella de alcohol, comer un dulce, tomar una pastilla, mirar una serie por internet, tener relaciones sexuales, entre miles de acciones y consumos que tienen como función acallar la angustia o silenciar los signos de lo que “no funciona” para evitar hacerse preguntas sobre el malestar que se está transitando.
El goce perdido por haber entrado en la cultura puede adquirirse - recuperarse - vía el consumo de objetos que, casualmente, la misma ofrece. Por lo que se estima que una persona que padece de consumo problemático es alguien que no puede tolerar la angustia, hay algo del orden de lo insoportable que se inscribe como génesis de quien consume.
Si nos ubicamos en contexto tenemos que tener en cuenta que estamos atravesando un siglo que presenta más una inclinación al pensamiento de destrucción inminente y de consumo que a una transformación. Las crisis económicas, las guerras repentinas, la presencia de virus intangibles que pueden resultar devastadores, son puntos de inflexión en una cartografía que no favorece a imaginar posibilidades ciertas de inclusión, permanencia, pertenencia y amparo y que por momentos se torna intransitable.
¿Qué se entiende por consumo problemático?
En el Plan integral para el abordaje de los consumos problemáticos Ley 26.934 - Art 2 “se entiende por consumos problemáticos aquellos consumos que, mediando o sin mediar sustancia alguna, afectan negativamente, en forma crónica, la salud física o psíquica del sujeto, y/o las relaciones sociales. Los consumos problemáticos pueden manifestarse como adicciones o abusos al alcohol, tabaco, drogas psicotrópicas (legales o ilegales) o producidos por ciertas conductas compulsivas de los sujetos hacia el juego, las nuevas tecnologías, la alimentación, las compras o cualquier otro consumo que sea diagnosticado compulsivo por un profesional de la salud”.
Uso, abuso, y dependencia de drogas La psicóloga Julia Araujo establece las siguientes diferencias:
- Uso: hace referencia al contacto inicial con la sustancia, puede producirse por curiosidad y ser abandonado al tiempo o prolongarse en el tiempo.
- Abuso: es el aumento de la frecuencia e intensidad del consumo que con el tiempo desarrolla una tolerancia hacia la sustancia y con ello un patrón de consumo.
- Dependencia: comienza una regularidad del consumo que conlleva a la persona a frecuentar problemas sociales, laborales y/o familiares. La persona consume a pesar de ser consciente los problemas que contrae la sustancia.
«La dependencia se define como un grupo de síntomas cognitivos, fisiológicos y del comportamiento que indican que una persona presenta un deterioro del control sobre el consumo de la sustancia psicoactiva» OMS (1994).
¿Qué se considera una recurrencia en el consumo? Entre el 40 y el 60 por ciento de las personas recurren al consumo durante el primer año de tratamiento, pudiendo ser de tipo emocional, mental y/ o física.
Según la revista “Psychology today” el riesgo de una recaída es mayor en los primeros 90 días de recuperación, luego el riesgo disminuye. Es importante saber que la recaída no representa una debilidad moral sino que refleja la dificultad de regresar al consumo de la sustancia. Por esta razón muchos expertos pretenden cambiar el término “recaída” a “recurrencia” de los síntomas.
Estigmas de la palabra “adicción”: A-dicción>A (negación) - Dicción (palabras) = falta de palabras / Adicción: sumisión a un dueño o amo.
Ser “adicto” implica una pérdida en la calidad de vida del individuo, un deterioro de su identidad y una ruptura en sus relaciones sociales. El “adicto” desarrolla su estilo de vida en torno a la “sustancia” y de esta forma se enajena, pierde su espacio y lugar dentro de la sociedad; así es como se le exilia, aparta y finalmente se le “minusvalora”.
“El estigma del adicto está impregnado de una serie de atributos que marcan, de manera negativa, la vida social del individuo, la construcción social de este “estigma” posee un contenido cultural que se desarrolla a través de un discurso que puede interpretarse como totalitario”. (Erving Goffman, 1980: 8).
PREVENCIÓN: Pre-venir es intervenir, o sea, hacer venir algo que no estaba.
Podemos pensar la prevención como el conjunto de acciones y estrategias que parten, en primer lugar, de reflexionar, analizar y pensar las condiciones que produce una determinada realidad, situación o problema. Prevención como el hacer y el pensar que parten de la posibilidad de preguntarnos ¿qué condiciones hicieron y hacen posible este consumo, esta situación tan compleja, esta manera de consumir?
Si nos paramos desde este lugar, pensando desde la complejidad, ya estamos pudiendo prevenirnos de la lógica de consumo que nos exige siempre intervenir sobre las consecuencias pero nunca sobre las causas, la pastilla para el dolor de cabeza lo resuelve momentáneamente, pero no se pregunta por las condiciones que lo produjeron, como podrían ser por ejemplo los conflictos familiares, grupales o barriales con que esa persona está lidiando, o el exceso de responsabilidades y tareas, o una mala postura, o una mala alimentación, o una sobreexigencia laboral, etc.
¿Cómo pensar la prevención desde un lugar más potente y efectivo que el del mandato de la evitación y del control?
La prevención de las problemáticas asociadas al consumo implica la reconstrucción del lazo social, la restitución de derechos y el fortalecimiento de proyectos de vida.
El tráfico ilícito: una problemática social
El tráfico de drogas, uno de los negocios más rentables del mundo, es un paradigma sintomático de la sociedad capitalista, y lejos de ser un problema criminal es un problema cultural. Al fin y al cabo, no hacen falta drogas ilegales para que los cuerpos y el medio ambiente estén intoxicados. Es sorprendente la capacidad del sujeto capitalista para desconocer la formidable producción de desechos y tóxicos, a la corta o a la larga, que el consumo genera.
Desde el punto de vista de la producción de subjetividad y del imaginario social sobre las drogas, el producto de dicho proceso es la creación de una representación social del consumidor que queda inserto en la conjugación de dos lógicas heterogéneas: el campo del narcotráfico y el campo del usuario de sustancias. Por lo tanto, además de ser una creación relativamente reciente, la figura del “adicto”, condensa en el imaginario social los relictos de la respuesta punitoria a su existencia y los tímidos esfuerzos sanitarios por alojarlo.
De este modo se propicia la construcción de un estereotipo homogéneo del "drogadicto" como emblema de descomposición social que se sinonimiza en la ecuación adicto = delincuente = violento = desviado = enfermo = joven. Así, la "droga" y "la drogadicción" se sitúan como entidades autónomas causales de "adicción" y de desviación social, se les otorga un poder demonizante y omnímodo.
Nuevos datos sitúan la estimación mundial de personas que se inyectaron drogas en 2021 en 13.2 millones, 18% más de lo estimado anteriormente. A escala mundial, más de 296 millones de personas consumieron drogas en 2021, lo que supone un aumento de 23% con respecto a la década anterior. Por su parte, el número de personas que padecen trastornos por consumo de drogas se ha disparado hasta los 39.5 millones, lo que supone un aumento de 45% en 10 años. (UNODC - Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito).
El consumo abusivo conduce a la desaparición de los otros, sumerge a la persona en coordenadas de indefensión detrás del exacerbamiento de la individualidad perdiendo desinterés por la construcción de los acuerdos necesarios para vivir en comunidad. (Scarpinelli Juan Pablo, Psicólogo, 2024).
“Vivo estando loca y ya no pega más
Deseo distanciar
Del sedante disfraz”.
Marilina Bertoldi, MDMA.