El Observatorio de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del organismo elaboró una cartilla de pictogramas para colaborar con estas personas durante la cuarentena.
En el marco del Día Mundial sobre Concientización del Autismo, que se celebra el 2 de abril, el Observatorio de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Defensoría del Pueblo bonaerense elaboró una cartilla de pictogramas para ayudar a explicar durante la cuarentena qué es el Covid -19, las formas de prevención y la importancia de quedarnos en casa.
El Defensor del Pueblo Adjunto y responsable del Observatorio, Walter Martello, explicó que en tratamientos para personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) suelen usarse pictogramas “como herramientas de comunicación y organización, ya sea en agendas visuales o en la clarificación de distintos escenarios que se encuentran en los hogares”.
Las deficiencias en la protección de las personas con discapacidad, entre ellas quienes presentan TEA, es una problemática a nivel internacional que se ha visto agudizada por la pandemia. En ese sentido, Catalina Devandas, relatora especial de la ONU, recalcó que “las personas con discapacidad sienten que las han dejado atrás. Los estados tienen una responsabilidad mayor con esta población debido a la discriminación estructural que enfrentan. Las medidas de contención, como el distanciamiento social y el aislamiento personal, pueden ser imposibles para quienes requieren apoyo para comer, vestirse o ducharse. Este apoyo es básico para su supervivencia y por eso deben tomarse medidas adicionales de protección social para garantizar su continuidad, de una manera segura, a lo largo de la crisis”
Martello destacó que nuestro país cuenta desde hace más de cinco años con una normativa de avanzada en lo que se refiere al abordaje integral e interdisciplinario de quienes presentan condiciones del espectro autista, pese a lo cual “aún queda mucho por hacer debido a que la implementación de la norma -Ley 27.043- se aplicó de forma muy deficiente”.
Esta ley, que se promulgó a fines de 2014 y que recibió la adhesión de la provincia de Buenos Aires en 2018, recién se reglamentó a nivel nacional un lustro después de su sanción, en noviembre de 2019. Esa reglamentación parcial no contempló varios artículos claves y estructurales de la norma.
“En los últimos tiempos, se viene imponiendo un nuevo paradigma médico-científico que considera que el autista es una manera de ser y mirar la vida; una especie de lupa o vidrio a través del cual se ve la vida de forma diferente respecto a la población normotípica que suele manifestar incomprensión a lo que no es igual a ella”, agregó Martello.
“¿Para qué sirve entonces concientizar? La respuesta la podemos encontrar con solo analizar el enorme esfuerzo que hacen las personas con TEA por encajar en entornos que no aceptan sus características y necesidades, viéndose obligadas incluso a ´perder´ parte de su propia personalidad. Por ello, es importante habilitar formas de comunicación que las y los integren, crear condiciones apropiadas para hacer que tanto la educación como el empleo de calidad sean viables para el colectivo con autismo”, concluyó.
Descargá acá la cartilla
Las deficiencias en la protección de las personas con discapacidad, entre ellas quienes presentan TEA, es una problemática a nivel internacional que se ha visto agudizada por la pandemia. En ese sentido, Catalina Devandas, relatora especial de la ONU, recalcó que “las personas con discapacidad sienten que las han dejado atrás. Los estados tienen una responsabilidad mayor con esta población debido a la discriminación estructural que enfrentan. Las medidas de contención, como el distanciamiento social y el aislamiento personal, pueden ser imposibles para quienes requieren apoyo para comer, vestirse o ducharse. Este apoyo es básico para su supervivencia y por eso deben tomarse medidas adicionales de protección social para garantizar su continuidad, de una manera segura, a lo largo de la crisis”
Martello destacó que nuestro país cuenta desde hace más de cinco años con una normativa de avanzada en lo que se refiere al abordaje integral e interdisciplinario de quienes presentan condiciones del espectro autista, pese a lo cual “aún queda mucho por hacer debido a que la implementación de la norma -Ley 27.043- se aplicó de forma muy deficiente”.
Esta ley, que se promulgó a fines de 2014 y que recibió la adhesión de la provincia de Buenos Aires en 2018, recién se reglamentó a nivel nacional un lustro después de su sanción, en noviembre de 2019. Esa reglamentación parcial no contempló varios artículos claves y estructurales de la norma.
“En los últimos tiempos, se viene imponiendo un nuevo paradigma médico-científico que considera que el autista es una manera de ser y mirar la vida; una especie de lupa o vidrio a través del cual se ve la vida de forma diferente respecto a la población normotípica que suele manifestar incomprensión a lo que no es igual a ella”, agregó Martello.
“¿Para qué sirve entonces concientizar? La respuesta la podemos encontrar con solo analizar el enorme esfuerzo que hacen las personas con TEA por encajar en entornos que no aceptan sus características y necesidades, viéndose obligadas incluso a ´perder´ parte de su propia personalidad. Por ello, es importante habilitar formas de comunicación que las y los integren, crear condiciones apropiadas para hacer que tanto la educación como el empleo de calidad sean viables para el colectivo con autismo”, concluyó.
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