El avance de la ley de fertilidad asistida en la Provincia será el "disparador para que la Nación avance con su propia legislación en esta materia", coincidieron los diputados provinciales, Marcelo Feliú y Juan De Jesús, durante la exposición que brindaron hoy en el auditorio de la Defensoría del Pueblo bonaerense. El Defensor
El avance de la ley de fertilidad asistida en la Provincia será el "disparador para que la Nación avance con su propia legislación en esta materia", coincidieron los diputados provinciales, Marcelo Feliú y Juan De Jesús, durante la exposición que brindaron hoy en el auditorio de la Defensoría del Pueblo bonaerense.
El Defensor Carlos Bonicatto, a todo esto, reiteró el exhorto a las empresas de medicina prepaga y a las obras sociales para que cumplan con esta ley que supone un alto contenido social. Explicó que "la gente ha venido a consultarnos sobre los tratamientos y la hemos ayudado consolidando un derecho que les corresponde".
Señaló que la Defensoría apoyó desde un comienzo la normativa, al considerarla de "vital importancia, dándole visibilidad y reconocimiento", sobre todo en función del consenso que alcanzó al ser aprobada por unanimidad de las dos cámaras de la Legislatura bonaerense.
Marcelo Feliú, impulsor de la ley junto a De Jesús, reseñó que el 15% de la población en edad reproductiva no puede procrear y que antes de la implementación de esta norma, "sólo podían alcanzar los tratamientos de fertilidad aquellas personas con mayores recursos económicos".
En esa línea, Feliú agregó que "al no poder ser padres por una cuestión médica, el impedimento económico, volvía aún más frustrante la realidad de las parejas".
A todo esto, De Jesús expuso que la ley de fertilidad sancionada en diciembre del 2010 y que entró en vigencia desde el primer día de este año, tuvo el respaldo de tres actores decisivos: los legisladores de ambas Cámaras que la aprobaron por unanimidad; el acompañamiento del Gobernador y la ciencia, que desde hace 32 años viene dando respuesta a la necesidad de procreación.
"El aspecto clave de la ley es que reconoce –al igual que la Organización Mundial de la Salud (OMS)- a la infertilidad como una enfermedad, dando por tierra el argumento de las prepagas que se negaban a cubrir los tratamientos en función de la ausencia de esa declaración", añadió De Jesús.
La problemática de la infertilidad en la Argentina afecta a 1 de cada 6 parejas. El 40% de los casos es por impedimentos vinculados al hombre; otro 40% por cuestiones femeninas y el 20% restante por causas conjuntas.
A partir de la nueva ley, el tratamiento se brinda gratuitamente en los hospitales San Martín, de La Plata; Güemes, de Haedo; Alende, de Mar Del Plata y Penna, de Bahía Blanca.
Desde que la norma está en vigencia, se han producido 17 embarazos, 15 de los cuales se alcanzaron con tratamientos de baja complejidad y sólo 2 a través de fertilización in vitro.
El Defensor Carlos Bonicatto, a todo esto, reiteró el exhorto a las empresas de medicina prepaga y a las obras sociales para que cumplan con esta ley que supone un alto contenido social. Explicó que "la gente ha venido a consultarnos sobre los tratamientos y la hemos ayudado consolidando un derecho que les corresponde".
Señaló que la Defensoría apoyó desde un comienzo la normativa, al considerarla de "vital importancia, dándole visibilidad y reconocimiento", sobre todo en función del consenso que alcanzó al ser aprobada por unanimidad de las dos cámaras de la Legislatura bonaerense.
Marcelo Feliú, impulsor de la ley junto a De Jesús, reseñó que el 15% de la población en edad reproductiva no puede procrear y que antes de la implementación de esta norma, "sólo podían alcanzar los tratamientos de fertilidad aquellas personas con mayores recursos económicos".
En esa línea, Feliú agregó que "al no poder ser padres por una cuestión médica, el impedimento económico, volvía aún más frustrante la realidad de las parejas".
A todo esto, De Jesús expuso que la ley de fertilidad sancionada en diciembre del 2010 y que entró en vigencia desde el primer día de este año, tuvo el respaldo de tres actores decisivos: los legisladores de ambas Cámaras que la aprobaron por unanimidad; el acompañamiento del Gobernador y la ciencia, que desde hace 32 años viene dando respuesta a la necesidad de procreación.
"El aspecto clave de la ley es que reconoce –al igual que la Organización Mundial de la Salud (OMS)- a la infertilidad como una enfermedad, dando por tierra el argumento de las prepagas que se negaban a cubrir los tratamientos en función de la ausencia de esa declaración", añadió De Jesús.
La problemática de la infertilidad en la Argentina afecta a 1 de cada 6 parejas. El 40% de los casos es por impedimentos vinculados al hombre; otro 40% por cuestiones femeninas y el 20% restante por causas conjuntas.
A partir de la nueva ley, el tratamiento se brinda gratuitamente en los hospitales San Martín, de La Plata; Güemes, de Haedo; Alende, de Mar Del Plata y Penna, de Bahía Blanca.
Desde que la norma está en vigencia, se han producido 17 embarazos, 15 de los cuales se alcanzaron con tratamientos de baja complejidad y sólo 2 a través de fertilización in vitro.