La Defensoría del Pueblo bonaerense acompaña el pedido de justicia al iniciarse el juicio por el travesticidio de Diana Sacayán, la referente de los derechos humanos reconocida a nivel nacional e internacional asesinada en 2015.
La Defensoría del Pueblo bonaerense acompaña el pedido de justicia al iniciarse el juicio por el travesticidio de Diana Sacayán, la referente de los derechos humanos reconocida a nivel nacional e internacional asesinada en 2015.
“Nuestro acompañamiento tiene que ver con el irrestricto compromiso con los derechos humanos y con aquellas personas que trabajan para garantizar y defender los derechos, con el fin de brindar mayor equidad e igualdad a todos los habitantes”, sostuvo el Defensor del Pueblo, Guido Lorenzino.
En esa línea, expresó su apoyo a la Comisión de Familiares y Compañeros de Justicia por Diana Sacayán – Basta de Travesticidios, quienes vienen desplegando desde hace más de dos años una estrategia política, jurídica y de movilización social para visibilizar el caso y lograr juicio y castigo en el asesinato de la referente.
Diana Sacayan, militante travesti, fue asesinada en octubre de 2015 en Buenos Aires. Fue fundadora del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) en La Matanza; secretaria Trans de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) y candidata a Defensora del Pueblo de La Matanza en 2012.
Fue una de las promotoras en la ley nacional de identidad de género e impulsó en la Provincia la ley de cupo laboral para personas travestis y trans en la administración pública que a la fecha espera ser reglamentada e implementada por el Poder Ejecutivo bonaerense.
El asesinato de Diana Sacayán se enmarca en lo que se denomina “travesticidio social”, según la Comisión de Familiares y Compañerxs de Justicia por Diana Sacayán – Basta de Travesticidios, que entiende que “travesticidio social es la suma de las violencias y exclusiones hacia nuestras compañeras travestis, y cuyo último eslabón es el travesticidio/transfemicidio, asesinato realizado con saña, tortura, vejación, alevosía, generalmente seguido de más violencia incluso sobre los cuerpos travestis muertos, traducido en falta de acceso a la justicia, impunidad, estigmatización, inversión de la carga de la prueba con la conciencia de crear mayor terror en la propia población travesti ya que estos crímenes también tienen la función de infundir miedo y amedrentar fomentando el abuso, la esclavitud sexual, la coima, etc.”.
“Nuestro acompañamiento tiene que ver con el irrestricto compromiso con los derechos humanos y con aquellas personas que trabajan para garantizar y defender los derechos, con el fin de brindar mayor equidad e igualdad a todos los habitantes”, sostuvo el Defensor del Pueblo, Guido Lorenzino.
En esa línea, expresó su apoyo a la Comisión de Familiares y Compañeros de Justicia por Diana Sacayán – Basta de Travesticidios, quienes vienen desplegando desde hace más de dos años una estrategia política, jurídica y de movilización social para visibilizar el caso y lograr juicio y castigo en el asesinato de la referente.
Diana Sacayan, militante travesti, fue asesinada en octubre de 2015 en Buenos Aires. Fue fundadora del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) en La Matanza; secretaria Trans de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) y candidata a Defensora del Pueblo de La Matanza en 2012.
Fue una de las promotoras en la ley nacional de identidad de género e impulsó en la Provincia la ley de cupo laboral para personas travestis y trans en la administración pública que a la fecha espera ser reglamentada e implementada por el Poder Ejecutivo bonaerense.
El asesinato de Diana Sacayán se enmarca en lo que se denomina “travesticidio social”, según la Comisión de Familiares y Compañerxs de Justicia por Diana Sacayán – Basta de Travesticidios, que entiende que “travesticidio social es la suma de las violencias y exclusiones hacia nuestras compañeras travestis, y cuyo último eslabón es el travesticidio/transfemicidio, asesinato realizado con saña, tortura, vejación, alevosía, generalmente seguido de más violencia incluso sobre los cuerpos travestis muertos, traducido en falta de acceso a la justicia, impunidad, estigmatización, inversión de la carga de la prueba con la conciencia de crear mayor terror en la propia población travesti ya que estos crímenes también tienen la función de infundir miedo y amedrentar fomentando el abuso, la esclavitud sexual, la coima, etc.”.