La Defensoría constató condiciones de detención en la Alcaidía III de La Plata

Las condiciones de vida de las personas privadas de su libertad alojadas en la Alcaidía Departamental III de La Plata, los servicios de salud y alimentación, y la infraestructura del establecimiento, estuvieron bajo la lupa del equipo de la Defensoría del Pueblo

Las condiciones de vida de las personas privadas de su libertad alojadas en la Alcaidía Departamental III de La Plata, los servicios de salud y alimentación, y la infraestructura del establecimiento, estuvieron bajo la lupa del equipo de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires durante el monitoreo que realizaron en las últimas horas.

“Nuestro trabajo fundamental, al realizar estas visitas, es garantizar los derechos de las personas privadas de su libertad”, dijo el Defensor del Pueblo Adjunto de Derechos Humanos y Salud de la provincia de Buenos Aires, Marcelo Honores, al concluir el relevamiento en la institución radicada en Melchor Romero.

Honores encabezó las tareas del equipo de la Defensoría que desembarcó en la Alcaidía platense, secundado por el secretario de Promoción de Derechos Humanos, Luis Rech, a donde mantuvieron entrevistas con las autoridades civiles y penitenciarias, para luego efectuar una recorrida al azar por las diversas áreas del establecimiento.

Las alcaidías departamentales son instituciones penales creadas con el fin de suplantar el alojamiento de detenidos en comisarías, cediendo su custodia desde la fuerza policial al Servicio Penitenciario.

La Alcaidía Departamental III está compuesta por 11 pabellones, uno femenino y diez masculinos, con una capacidad total aproximada de 300 plazas. Durante la visita había 222 personas detenidas, 190 hombres y 32 mujeres.

El equipo de la Defensoría constató que la cantidad de personal penitenciario resulta acorde a la cantidad de detenidos; el estado edilicio está en regulares condiciones; las celdas no tienen aireación suficiente y, como en la mayoría de las unidades penitenciarias, se detectó un serio problema de desborde cloacal.

El establecimiento originalmente fue concebido como prisión de máxima seguridad, hasta su clausura y posterior reconversión en 2012. Desde diciembre del año pasado se encuentran activos dos pabellones de la ex Unidad Penitenciaria N° 29, que alojan de 15 a 20 internos que se encuentran en “tránsito” hacia otras unidades, o por comparendos judiciales. El día de la fecha se encontraban alojados 10 internos.

Además de Honores y Rech, participaron de la actividad Martín Pis Diez Pelitti y Matías Surigaray.