La Defensoría pide que se creen dispositivos contra los noviazgos violentos en la adolescencia

“Debemos incrementar las acciones y programas para prevenir situaciones de violencia en noviazgos adolescentes”, expresó Walter Martello, a cargo del Observatorio de Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires.

“Debemos incrementar las acciones y programas para prevenir situaciones de violencia en noviazgos adolescentes”, expresó Walter Martello, a cargo del Observatorio de Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires.

Sobre la temática, el Defensor Adjunto General explicó que “según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo”.

“Las situaciones de maltrato y violencia más habituales y extendidas en parejas de adolescentes y jóvenes están relacionadas con la manifestación de los celos y el ejercicio del control. Se ponen en evidencia y son potenciados por la utilización de las tecnologías de comunicación, como celulares, computadoras, tablets”, explicaron desde el área de niñez y adolescencia.

La violencia física, sexual y emocional en el noviazgo son todas aquellas modalidades de vinculación dentro de parejas adolescentes que implican abuso de poder, la instalación paulatina de maniobras de dominación sobre la otra persona y, consecuentemente, la restricción de derechos y la producción de daños para quien las padece.

“Las víctimas de los noviazgos violentos suelen ser mujeres de entre 14 y 21 años. El 15 % de los jóvenes manifiesta haber estado involucrado/a en un noviazgo violento”, agregaron desde el Observatorio.

Especialistas aseguran que la mitad de las mujeres adultas que conviven con parejas violentas afirmaron que las situaciones de violencia tuvieron su origen en el período del noviazgo. Además del maltrato psicológico y físico, los noviazgos violentos elevan en las adolescentes el riesgo de embarazo no deseado, de suicidio, de uso de sustancias ilegales, de desórdenes alimenticios y de conductas sexuales riesgosas.

“Desde la Defensoría proponemos que el Estado promueva ámbitos donde se pueden brindar condiciones para que los adolescentes sean escuchados, fomentar el fortalecimiento de sus vínculos familiares. Sería interesante generar talleres y programas en las escuelas de enseñanza primaria”, dijo Martello.