La primera visita a la recientemente inaugurada Unidad Penitenciaria N°57 de Campana, un establecimiento modelo diseñado para albergar a jóvenes con condenas inferiores a los cinco años y que se encuentran cercanos a recuperar la libertad, en dónde pueden estudiar y aprender oficios con el objetivo de fortalecer la reinserción social, realizó el Defensor del Pueblo Adjunto en Derechos Humanos y Salud de la provincia de Buenos Aires, Marcelo Honores.
El nuevo penal, que tiene una capacidad para alojar a 600 internos y que se irá poblando en forma paulatina, hoy alberga a 96 jóvenes de entre 18 y 21 años, 12 de los cuales estudian en el nivel primario y 70 en el secundario, mientras también tienen la posibilidad de practicar deportes y cuentan con un servicio especializado en la recuperación de adicciones.
Según se determinó durante la visita, de la que también participó el secretario de Promoción de Derechos Humanos de la Defensoría, Luis Rech, la población del nuevo establecimiento proviene de otras unidades del Servicio Penitenciario bonaerense, básicamente internos que forman parte del Programa Integral de Asistencia y Tratamiento para Jóvenes Adultos (PIATJA), destinado a una franja etárea de entre 18 a 21 años. Se trata de un proyecto ciudadano, que en su última etapa, la cercana a la recuperación de la libertad, enfoca a la reinserción social de los penados.
En esa etapa final, el proyecto ciudadano pretende brindar una orientación a los jóvenes para su próximo egreso del sistema carcelario. Se trata de evaluar y construir herramientas conceptuales y prácticas para la producción de proyectos planificados y realistas de inserción en el medio social, particularmente en lo laboral y educativo.
En la nueva Unidad de Campana, que todavía se encuentra en pleno proceso organizacional, los alojados podrán trabajar en talleres formales y no formales, de herrería, carpintería y electricidad, que apuntan a la formación profesional, con el objetivo de que los jóvenes adquieran conocimientos en labores que les faciliten la reinserción social una vez que recuperan la libertad.
Asimismo, habrá cursos de formación en reparación de motores de moto, panadería, impresiones 3 D, gastronomía y manipulación de alimentos, que en forma paulatina durante los próximos meses irán engrosando la oferta educativa, además de actividades recreativas como fútbol, básquet y vóley.
En el plano formativo de los internos, el Defensor del Pueblo de la Provincia, Guido Lorenzino, se comprometió a colaborar activamente con distintas tareas que la institución de derechos humanos habitualmente desarrolla en distintos ámbitos de la sociedad.